Claudia Aguilera y su experiencia como docente del IA: “las tutorías permiten guíar el avance de los alumnos y aprender de ellos”
26 septiembre 2024
En su faceta como investigadora, en tanto, está dedicada al estudio de la composición de planetas rocosos similares a la Tierra, ubicados fuera del Sistema Solar.
Claudia Aguilera (34) sintió su primera conexión con las estrellas a los 5 años cuando, de visita en una biblioteca, encontró un libro que explicaba sobre el universo a los niños. “La historia estaba relatada por un extraterrestre que se comía la luna y eso despertó mi curiosidad sobre lo que ocurría más allá del cielo”, recuerda. Tratando de aplacar su ánimo cuestionador, sus padres le regalaron una enciclopedia para que profundizara en el tema, sin imaginar que este hito despertaría en ella un precoz interés por adquirir más conocimiento sobre la materia, que se mantuvo durante todo su crecimiento. Por esta razón, a los 17 años, “cuando tuve que elegir carrera, estudiar astronomía parecía mi destino natural”, confiesa. “Honestamente, no me veía haciendo otra cosa”, agrega.
Obtuvo su licenciatura en el Instituto de Astrofísica en la Pontificia Universidad Católica y en seguida, se especializó en un doctorado y un postdoctorado en astrofísica estelar, títulos que hoy, de vuelta en su alma mater, le permiten dedicarse a la docencia y a la investigación.
Sobre su labor en la academia destaca las tutorías. “El uno a uno es un espacio muy gratificante porque te permite guíar el avance de los alumnos, al mismo tiempo que aprendes de ellos. Sobre todo porque el nivel de los estudiantes es muy elevado”, afirma. En cuanto a su faceta de investigadora, lleva tiempo dedicada a descubrir la composición de los planetas rocosos similares a la Tierra ubicados fuera del Sistema Solar, trabajo que realiza en conjunto con especialistas de diferentes áreas incluyendo algunos que estudian ciencias planetarias. Sus últimos resultados fueron consolidados en un artículo enviado a la revista Astronomy and Astrophysics, para que pase a referendo. Acá comparte algunos de sus hallazgos.
Las enanas blancas como clave para este conocimiento
La composición de los planetas rocosos fuera del Sistema Solar no se puede medir directamente, elemento por elemento. Aunque su densidad entrega una idea aproximada, no es suficiente para obtener una medida precisa. Por eso, hay que buscar alternativas. Una de las estrategias actuales, que sigue el equipo de la doctora Aguilera, es estudiar un tipo particular de estrellas: las enanas blancas, que son como el Sol, pero acabaron todo su combustible y están en la última etapa de sus vidas; y pueden revelar pistas sobre los materiales que componían los planetas rocosos de sistemas estelares ya desaparecidos. “Aunque las enanas blancas suelen mostrar solamente hidrógeno y helio, las que escogimos para la investigación son especiales porque muestran otros elementos, por ejemplo el calcio”, detalla.
La razón de este ‘exceso’ de elementos es que, en ocasiones, ‘comen’ material exoplanetario, “que pueden ser cuerpos rocosos más pequeños”, explica la docente. Lo importante, añade, es que muestran evidencia de la composición de las rocas en el sistema planetario de la enana blanca, “que se pueden medir desde la estrella, una vez que ésta los consume”.
Para identificar qué elementos son parte del ‘exceso’, los investigadores eligieron enanas blancas que nacieron con una compañera binaria, con su misma composición química pero todavía en fase de consumo de combustible. “Esto nos permite comparar los elementos químicos que la enana blanca tuvo antes de entrar en su última etapa y rescatar aquellos que no son equivalentes con su binaria. Estos últimos corresponderían al material exoplanetario”, dice.
La importancia de esta información radica en que nos permite “mejorar el conocimiento sobre la formación de planetas rocosos similares al nuestro, que nos daría luces sobre la conformación de la Tierra”, añade la investigadora de la UC.
Y agrega: “estrella y planeta nacieron del mismo material, pero encontramos que elementos (como el Mg, Fe, y Si) son más abundantes en la estrella que en el material planetario, por lo que deben haber disminuido de alguna forma. En este trabajo sugerimos que pudo pasar cuando se calentaron, durante su proceso de formación”.
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